En el 93 Michael Jackson casi viene al Perú. No llegó y menos mal no hacía falta. Dando una vuelta por el centro de Lima todavía podemos encontrar una docena de Maicols Yacsons. Igualitos pero sin plata. Y vivos, claro. Aunque la delgadez de algunos insinúe lo contrario. 

Hay otros casis, como cuando casi nos llevamos el oro en Seúl 88 o cuando Solano casi mete un gol en un Boca – River. Casi ganamos incluso en aquellos concursos que son producto exclusivo de la imaginación colectiva, como ese en el que el Himno nacional quedó en segundo lugar, después de La Marsellesa (en realidad, solo fue algo que dijo un general francés que vino al Perú en 1869).

Con el ánimo de contribuir a la lista de casis que el periodismo nacional se ha esmerado tanto en nutrir, resumiré cómo es que Stephen King casi viene para la Feria Internacional del Centro el Tambo en Huancayo, que inicia el 17 de abril.

PRIMERO: ¿QUIÉN ES STEPHEN KING?

Stephen King se considera a si mismo, en un exceso de humildad, la Big Mac de los escritores. Ha vendido más de 400 millones de libros. Algo así como si cada peruano tuviera una biblioteca con 13 de sus obras. Como 100 estadios nacionales llenos de lectores. Como otras 900 comparaciones alucinantes que no citaré.

Es autor de Carrie, El resplandor, La milla verde y otras decenas de novelas que, al menos, vimos en adaptaciones cinematográficas. Ha escrito alrededor de 70 libros en los 66 años que lleva vivo y todavía no habla del retiro. Acepta, sin embargo, haber disminuido la velocidad con la que escribe. “Ahora tengo nietos”, dice.

Que el tiempo que pasa entre cada nueva publicación sea cada vez más largo no le sorprende a nadie. Escribía, según la perspectiva de la industria editorial de los 70, demasiado. Eso lo motivó a crear a Richard Bachman, pseudónimo que usó para poder publicar dos libros al año sin saturar al público. Luego de que se descubriera la verdad, tres décadas después, King comunicó que Bachman había muerto de “cáncer de pseudónimo”.

Si todo lo anterior no ha servido para que King se gane tu simpatía, asegurémonos con esto: es fanático de los Ramones.

SEGUNDO: ¿PARA QUÉ VENÍA?  

La editorial Dinastía Quin, organizadora de la I Feria Internacional del Libro del Centro el Tambo, anunció el 12 de marzo que la primera edición del evento contaría con la presencia de Stephen King.

El anuncio rebotó en varios medios. Sus lectores, la gente que conocía las películas basadas en sus libros y aquellos que lo acababan de buscar en gúguel se emocionaron. Algunos periodistas ya repasaban la lista de preguntas. ¿El pisco es peruano o chileno? ¿Irá a Machu Picchu? ¿Es verdad que el primo político de su yerno tuvo un perro peruano (una vez… hace tiempo)?

TERCERO: ¿Y QUÉ PASÓ?  

Extrañados por la facilidad aparente con la que la organización consiguió la presencia del escritor, algunos nos animamos a visitar la página oficial de King en Facebook. La idea era encontrar un mensaje, un guiño o cualquier actualización que sirva para darle un lugar seguro a las expectativas que, condicionados como perros-peruanos de Pavlov, siempre entregamos con desconfianza.

Lo único que pudimos hallar fue la invitación que el organizador, en aparente estado de ebriedad, había escrito en febrero. 

Captura de utero.pe

Periodistas de La República lograron comunicarse con Henry Quintanilla, autor del confuso mensaje en inglés (¿?).

“Si la comunicación se entiende, creo que él nos ha dicho que es más importante que se entienda (…) no somos eruditos ni perfectos, pero al menos manejamos algo”, dijo luego de aclarar que el mensaje fue redactado por otras personas y que era lo de menos; él ya había hablado telefónicamente con el escritor gracias a “un contacto en Francia”. Nunca sabremos si el guiño cinematográfico fue intencional.

Para sorpresa de nadie, ante las insistentes preguntas sobre el tema, Stephen King publicó en su página de Facebook que no vendría a Perú, que se tomaría el año para descansar y que era la primera vez que escuchaba de la invitación.

No es tan grave. La organización de la feria ya anunció la participación de Carlos Cuauhtemoc Sánchez, autor de best-sellers como Juventud en éxtasis, Quién se ha llevado mi queso, El alquimista y todas las otras que son iguales. Mentor de Brad Pizza y lectura recomendada por todos los profesores de literatura que no leen literatura.

La fe en la humanidad y el miedo a caer en una depresión fatal obliga a pensar que se trató de una astuta estrategia marketera. Una cínica y astuta estrategia marketera. Ojalá. 

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